Una buena experiencia de usuario en el sitio web es una necesidad de supervivencia para cualquier empresa en el actual mercado de Internet.
Las características y funcionalidades de un sitio web o de una aplicación son importantes, pero la experiencia del usuario tiene un mayor efecto sobre la fidelización de los clientes. Una de las formas más habituales de medir el ROI (Return of Investment) de un sitio web es con la ratio de conversión de los usuarios. Esta ratio mide los porcentajes de visitantes que realizan una acción previamente planificada: subscribirse a un boletín, comprar un producto, personalizar la interfaz, enviar un formulario.
¿Qué es la experiencia de usuario?
Jesse James Garret la define como “la manera como un producto se comporta y es utilizado por el usuario”.
Wikipedia la define como “el conjunto de factores y elementos que determinan la interacción satisfactoria del usuario con un entorno o dispositivo concretos y son capaces de generar en él un conjunto de emociones positivas sobre el sitio y su uso”.
En la Experiencia de Usuario intervienen la arquitectura de la información, el diseño de interacción, la usabilidad, la accesibilidad, el diseño gráfico, la estética, la psicología cognitiva, y la extrapolación de principios del mundo del márketing, etc. Nathan Shedroff extiende el concepto de experiencia del usuario más allá de la web planteando su teoría unificada del diseño que articula en torno a los conceptos clave de diseño de información, sensorial e interacción.
Una buena experiencia de usuario solamente se consigue con un proceso de diseño centrado en el usuario.
El proceso de implementación de la experiencia de usuario no debe dejar nada al azar. Este proceso se puede dividir en cinco etapas (superficie, esquema, estructura, alcance y estrategía) y, en todas ellas, las posibles acciones del usuario así como sus expectativas han de haber sido contempladas.



